España 3 – 0 Croacia: El mejor peor partido

El camino a la gloria de España en la EURO 2024, para alzarse como el combinado nacional con más títulos europeos, empezaba el día 15 de junio ante Croacia que presentaba una convocatoria que combinaba a la generación que estuvo a punto de tocar el cielo en 2018 en una suerte de Last Dance con una nueva horda de talentos hambrientos de éxitos con su país.

Ilustración 1. Matriz de pases de la jornada 1.

Spain is different. Lo que en su día servía como eslogan turístico ha pasado a ser un recordatorio idóneo y necesario del enfoque de Luis de la Fuente para conseguir una victoria contundente ante un rival conocido en las grandes citas como Mundiales y Eurocopas.

Croacia ha sido la única selección en fase de grupos que ha conseguido despojar a España de una de sus herramientas principales para dominar los encuentros, la posesión.

Menos pases intentados, 496 por 562 para los croatas, y menos posesión, un 46% por un 54% para el combinado de Zlatko Dalić.

Para concretar dónde pudo residir el éxito de este cambio de tornas en la tenencia del esférico debemos atender a la Ilustración 1 y fijarnos en Rodri (16), el eje ofensivo y el principal socio de los centrales, habitualmente los encargados de iniciar la progresión, para observar cómo no tuvo capacidad de hacer avanzar el juego como en los siguientes encuentros.

Un segundo elemento que refuerza esta perspectiva es la cercanía de Fabián (8) en el posicionamiento medio del partido haciendo que la atracción habitual de los rivales en esta zona dificulte la progresión del juego, cuestión que se erige como clave en el partido de Italia.

Atendiendo a la disminución del potencial ofensivo de España también debemos hacer referencia a la posición más atrasada de Carvajal (2), especialmente condicionada por la profundidad de Perišić (14) tras su entrada en el 56’.

España no tuvo la posesión y tampoco disparó más. 11 tiros españoles y 13 del equipo balcánico.

Lamine (19) con 3 tiros y Morata (7) con otros 3 fueron los principales contribuyentes a esta estadística siendo el delantero autor de 1 de los goles.

Si España no tuvo la posesión y tampoco realizó más tiros, quizás se pueda explicar su victoria a través del regate y el desequilibrio individual, un factor esencial en la propuesta de De la Fuente.

De nuevo, no parece ser un indicador que nos permita explicar el resultado, ya que los principales dribladores, Lamine (19) y Nico Williams (17), con 3 (75%) y 1 (20%) regates completados respectivamente no dominaron el partido en esta métrica ante una actuación brillante de Kovacić (8) con 8 regates completados de 8 intentados.

Menos posesión, menos tiros y menos regates. ¿Cómo pudo ganar España 3-0?

Siendo más efectiva. Podemos comprobar los goles esperados de cualquier proveedor de datos para observar que no hay una gran diferencia entre ambos conjuntos y que conseguir materializar las ocasiones, como de costumbre, fue lo que inclinó el marcador en una dirección.

La reflexión final, que se apoyará en los párrafos siguientes, nos permite generar la hipótesis de que la victoria más contundente de España en fase de grupos se produjo en el partido en el encuentro en el que no fue claramente superior a su rival.

 

España 1 – 0 Italia: La otra mitad

Con 3 puntos, el liderato provisional del grupo y una victoria dubitativa de Italia ante Albania, el equipo más débil del grupo aparentemente, España disponía de la posibilidad de materializar su clasificación para la fase de eliminatorias con una victoria frente a los azzurri.

Sin embargo, un España-Italia nunca es un partido que se explique solo por el presente y el capítulo anterior de esta rivalidad se había escrito en las semifinales de la Eurocopa 2020 en la que el país transalpino salió victorioso para, a la postre, alzarse con el cetro de campeona del continente.

Una clasificación para los octavos en juego y la oportunidad para resarcirse de una dolorosa derrota a penaltis 4 años atrás.

 

Ilustración 2. Matriz de pases de la jornada 2.

La efectividad permitió a España sacar adelante un primer partido que tuvo problemas para dirigir.

La segunda jornada da la vuelta a este relato y, con un dominio claro en el que profundizaremos, tuvo que ser Ricardo Calafiori (5) el que diera a la roja el gol que no consiguió en 19 disparos totales.

A partir de la Ilustración 2 podemos discernir como, en primer lugar, España fue capaz de subsanar las dificultades del encuentro anterior.

Rodri (16) sigue siendo el epicentro del juego español, pero en este enfrentamiento sí consigue asociarse con jugadores más avanzados, especialmente con Fabián (8), que tiene un posicionamiento medio más avanzado que en el encuentro anterior, igual que Carvajal (2) y Cucurella (24).

Rodri recibió 33 pases más en este partido respecto al anterior y tuvo la capacidad para encontrar a los laterales e interiores, especialmente Fabián (8), en posiciones más avanzadas.

Cucurella (24), Carvajal (2) y Fabián (8) recibiendo más balones de Rodri (16) tuvo un impacto directo en los contextos en los que Nico Williams (17) y Lamine (19) participaron en el juego.

Es especialmente relevante el cambio en el posicionamiento que podemos observar en Nico Williams (19), que fue nombrado jugador del partido, recibiendo en una posición mucho más cercana al área rival y menos centrada, posibilitando acciones de 1c1.

Nico Williams (19) intentó 10 regates y fue exitoso en 5 de ellos, el mismo número de intentos totales del partido anterior con un Lamine (19) que no se quedó atrás y consolidó 4 intentos de dribling para sumar un total de 9 regates exitosos entre ambos extremos.

Además del regate, otra métrica en la que sobresale Nico Williams (19) es en el centro, con 4 por solo 1 en el partido anterior, incluyendo el que supuso el gol en propia meta de los italianos que, finalmente, determinó el devenir del partido.

En la primera jornada nada acabó de funcionar y se metieron 3 goles. En la segunda todo funcionó y faltó eficacia rematadora, aunque se cerró la herida abierta hace 4 años de forma dominante.

 

Albania 0-1 España: Conociendo al resto de la familia

Primer puesto garantizado. Primer objetivo cumplido.

Lo que, a priori, se presentaba como un partido sin demasiado aliciente para España acabó convirtiéndose en un reto para los jugadores menos habituales que tuvieron que hacer frente a una Albania que se lo jugaba todo.

Una prueba de carácter para demostrar el espíritu ganador de un equipo que, sin necesidad alguna de sumar de 3, quería hacerlo para demostrar que están preparados para las eliminatorias.

Ilustración 3. Matriz de pases de la jornada 3.

 

Con la entrada de Merino (6), Zubimendi (18) y Olmo (10) en el 11 titular pudimos vislumbrar un nuevo registro de España actuando con un doble pivote algo más evidente y liberando a Olmo (10) en la mediapunta para dar rienda suelta a su creatividad.

No hicieron falta muchas oportunidades para que el jugador del Leipzig desequilibrara el partido y ofreciera a Ferrán Torres (11) la oportunidad de abrir el marcador.

La alineación de dos extremos distintos a Lamine (19) y Nico Williams (17) ofreció una interesante variante ofensiva integrando al ya destacado Ferrán Torres (11) y Oyarzabal (21) en espacios más centrales y liberando las bandas para las incursiones de Grimaldo (12) y Navas (22), ambos laterales de un corte claramente ofensivo.

Cabe destacar el rol de Joselu (9), ya que, por sus características, y siempre con la figura de Fernando Llorente como referencia, podríamos pensar que actuaría en un rol más convencional de delantero de área y, sin embargo, su posición media es más atrasada que la de Olmo (10).

Quizás su desempeño en este encuentro y en ese rol fue un factor para que, desde ese momento, siempre que Morata (7) era sustituido fuera Oyarzabal (21) quien lo reemplazara cuando en este partido actuó de extremo inicialmente.

 

Fase de grupos: Los socios favoritos

Para complementar la perspectiva ofrecida a través de las matrices pases anteriores podemos observar la Ilustración 4 que nos presenta la relación entre pasadores y receptores a lo largo de la fase de grupos.

Ilustración 4. Relación pasadores – receptores.

Más de 1.500 pases representados para empezar a comprender la riqueza asociativa del juego de la selección española.

La complejidad del gráfico no nos permite visualizar con claridad las sociedades más prolíficas, aunque por el grueso podemos localizar aquellos generadores y receptores de juego.

A lo largo del análisis sobre la fase de grupos hemos puesto en valor la relevancia de Rodri (16), Fabián (8) y otros para comprender la ejecución ofensiva del combinado español.

Para completar esta perspectiva debemos resaltar la presencia de los centrales con Le Normand (3) como el protagonista de esta reflexión acompañado por Aymeric Laporte (14) tras su incursión en el 11 titular después de la suplencia en el primer encuentro.

La capacidad de ambos para encontrar a jugadores en posiciones más avanzadas y hacer progresar el juego constantemente no solo es un factor explicativo del buen desempeño ofensivo de España tras el primer partido, sino que es una condición necesaria para la debida ejecución del modelo de juego, al menos en sus ideas y principios, establecido por Luis de la Fuente.

 

Entendiendo a Nico y Lamine para entender la victoria

Para conseguir su primera corona europea con la selección española y situar a España como la selección más galardonada de esta competición, Nico Williams y Lamine Yamal, han tenido que desbordar a los gigantes europeos.

Para comprender su impacto es necesario poner en perspectiva, comparando con las otras opciones ofensivas del combinado nacional, su producción ofensiva.

Como punto de partida, destacamos la capacidad que han tenido para generar 24 finalizaciones entre ellos, el doble que el resto de los delanteros, teniendo en cuenta que Ferrán Torres y Oyarzabal han tenido una participación menor.

 

 

 

De forma añadida, no solo es destacable el número total de finalizaciones, también la traducción de estas a tiros a puerta y, posteriormente en goles.

Mientras Lamine ha sido el más prolífico en los dos primeros apartados solo ha conseguido materializar 1 gol en la semifinal ante Francia, partido en el que acumuló 0.14 xG con sus 3 disparos en total como podemos observar en la Ilustración 8.

Nico ha tenido una producción ofensiva menor, pero ha destacado por una mayor efectividad, tanto en los tiros que han ido a puerta como por los goles conseguidos con 2 en total, ante Georgia e Inglaterra.

Por último, es necesario destacar la aportación de Morata y Oyarzabal en el rol de 9 que, como hemos visto en los partidos de fase de grupos, conlleva aparecer en zonas de creación para liberar espacios que permita a Lamine y Nico disponer de mayor ventaja en sus participaciones.

Por ello, debemos proseguir en nuestro análisis para ilustrar con mayor profundidad la genialidad de los estiletes ofensivos de La Roja.

 

Nico Williams, si hay espacio hay gol o asistencia

El jugador del Athletic de Bilbao ha representado el desequilibrio en el juego de la selección y lo ha acompañado con la capacidad de materializar ocasiones de peligro en goles.

Podemos observar como las zonas de recepción se establecen en el carril izquierdo y van desde el centro del campo hasta prácticamente el inicio del último tercio.

Ilustración 5. Mapa de calor de pases recibidos de Nico Williams y Lamine Yamal.

El ejemplo más evidente de esta reflexión es el gol ante Georgia en el que finaliza desde dentro del área y recibe prácticamente en el centro del campo.

Siguiendo este ejemplo debemos establecer como Alemania y especialmente Francia, ante la que no sumó ningún tiro, tuvieron la capacidad para, como mínimo, contener su capacidad goleadora.

Esta capacidad, igualmente, le ha permitido finalizar el torneo con 2 goles y 1 asistencia, además del gol en propia de Italia por el que podemos y debemos apuntarle el mérito.

Cabe destacar, además, que sus goles han llegado en eliminatorias y en momentos clave, como el 3-1 para sentenciar el partido de octavos y el tanto inicial en la final ante Inglaterra.

 

Lamine Yamal, capaz de todo al mismo tiempo

Del mismo modo que Nico Williams, observamos que las zonas de recepción se concentran, en este caso aún más, en las áreas centrales del campo y que, igualmente, Lamine ha sido capaz de anotar un gol clave ante Francia y repartir 4 asistencias en partidos clave como los cuartos ante Alemania o en la final para que Nico anotara el primer gol.

La intuición, por tanto, es la misma con un jugador capaz de hacer progresar el juego tras la recepción del balón y generando ocasiones de gol a través del pase o el disparo.

En cambio, para Lamine sí que identificamos una distinción sobre el tipo de finalizaciones que genera, ya que observamos un mayor número de remates desde fuera del área.

Ilustración 7. Mapa de tiros de Lamine Yamal en las eliminatorias.

Esto se puede deber a la preferencia de Lamine para asociarse con los jugadores interiores en mayor medida y generar situaciones de gol a raíz de esas asociaciones, mientras que Nico da preferencia a acciones que tienen un mayor impacto en espacios más cercanos a la portería rival.

 

Unos extremos centrados (en la victoria)

Al poner el foco en Nico y Lamine y su desempeño en la fase de eliminatorias hemos podido visualizar como ambos jugadores poseen un perfil distinto y han producido de forma distinta, aunque apareciendo en los momentos clave del torneo.

Su trayectoria y su relato es el de España, por eso son campeones de Europa, porque cuando ellos han aparecido a España le ha ido bien.

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