Uruguay eliminó a Brasil en los cuartos de final de la Copa América 2024. Después de una dramática tanda de penales, la selección «Charrúa» emergió triunfante frente a su similar, la selección brasileña. Sin embargo, la victoria no fue nada fácil para los pupilos de Bielsa. Tuvieron que superar una serie de desafíos que complicaron el partido, lo que solo les permitió mantener el marcador en ceros, antes de definir el encuentro desde el manchón penal.

 

La presión uruguaya

 

Un aspecto analizado en la previa del partido fue cómo la presión en el área rival había ayudado a Uruguay a dominar a sus adversarios en instancias anteriores, con Manuel Ugarte y Fede Valverde como pilares de estas acciones defensivas. Aunque, por diversos motivos, los uruguayos tuvieron que reducir la presión ejercida sobre la Canarinha, continuaron siendo líderes en este aspecto con 5 y 4 recuperaciones, respectivamente, siendo el 3er cuadrante del campo donde la seleccion uruguaya obtuvo la mayor cantidad de recuperaciones.

 

La “Cautela” de Uruguay

 

La selección Charrúa llegaba como uno de los equipos que más presión ejercen sobre el rival en su propia cancha, por lo que se esperaba que esta presión influyera en el resultado del partido. Sin embargo, a lo largo del encuentro, se observó cómo esta intensidad fue disminuyendo.

En la primera parte del encuentro Uruguay ejercía una fuerte presión sobre los jugadores brasileños teniendo 13 recuperaciones en campo rival en el 1er tiempo, mientras que en el 2do tiempos las recuperaciones se redujeron a solo cinco recuperaciones en la 2da mitad del encuentro.

 

 

¿Qué factores pudieron haber influenciado?

Uno de los eventos más significativos del primer tiempo fue la lesión de R. Araujo, que obligó a Marcelo Bielsa a modificar el planteamiento original y llevó a Uruguay a replegar sus líneas para evitar conceder espacios a la selección brasileña. En el siguiente gráfico se puede apreciar cómo, después de la lesión de Ronald, los charrúas solo lograron dos recuperaciones en el área rival durante la primera mitad y solo cinco en la segunda mitad. Esto contrasta con las 11 recuperaciones que Uruguay había conseguido en tan solo 33 minutos antes de la lesión de Araujo.

Otro factor que pudo haber sido clave para la disminucion de la presión uruguaya fue la expulsión de N. Nandez al minuto 74 o las multiples modificaciones que se hicieron a lo largo del partio.

 

La Poca Creatividad de Brasil

Brasil evidenció una notable carencia de creatividad ofensiva a lo largo del partido. La desconexión entre el mediocampo y la delantera condujo a un juego predecible, fácilmente neutralizado por la defensa uruguaya. Además, la ausencia de variantes tácticas por parte del entrenador brasileño impidió que el equipo encontrara soluciones efectivas para romper el cerrojo defensivo de Uruguay, llevando el encuentro a definirse en una tanda de penales.

Uno de los aspectos que se había analizado en la previa era la constante perdida de balones al momento de salir por parte de los brasileños, siendo Joao Gomes el que tenía mayor dificultad al momento de salir. En el siguiente grafico se puede apreciar quienes fueron los jugadores con mayores pérdidas en cancha propia siendo J. Gomes y L. Paquetá los que más balones pierde con 7 y 3 perdidas respectivamente.

Analizando en mayor detalle el caso de J. Gomes, el siguiente gráfico muestra que tiende a tener una mayor cantidad de pérdidas en la banda izquierda del segundo cuarto de la cancha. En esta área, frecuentemente debe enfrentarse a M. Ugarte, uno de los mejores recuperadores de balón de Uruguay.

 

La Batalla por el Medio Campo

 

El partido entre Brasil y Uruguay por cuartos de final fue una batalla. En un partido más intenso y cortado, antes que bien jugado, se notó que, en el clásico Sudamericano, ninguno de los dos equipos iba a perder por actitud.

Y aunque las lesiones y expulsiones condicionaron el planteamiento inicial de cada equipo, esta batalla la ilustramos con los mapas de calor de Bruno Guimaraes de Brasil y de Manuel Ugarte de Uruguay, los jugadores con mayor incidencia en la recuperación y en la salida de sus respectivos equipos.

 

Por el lado de Brasil, en la salida de balón, el porcentaje de pases cortos acertados es del 80%, en relación con los errados que es solo un 20%. Al analizar el juego de su portero Alisson, tuvo mayor cantidad de incidencia en el juego del equipo, sus pases fueron en corto, con una mayor cantidad de pases a Marquinhos.

 

Comprobamos con ello la intención de jugar en corto desde la salida de balón, ello contrarrestado por el posicionamiento de Uruguay más retrasado y sin una precisión alta, que nos da una visión rápida del partido terminado en empate al final de los 90 minutos. La batalla fue en la mitad del campo, donde no generaba peligro para la portería rival.

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