En un inesperado desenlace del Grupo C de la competición europea, Dinamarca aseguró su paso a la siguiente fase por un margen extremadamente ajustado sobre Eslovenia. Ambos equipos estaban igualados en todos los criterios de desempate habituales, lo que llevó la decisión hasta el último punto reglamentario.
Aquí están los puntos clave que definieron el desempate:
Empate en todos los criterios principales: Dinamarca y Eslovenia llegaron a la última jornada del grupo empatados en puntos, diferencia de goles, goles marcados y el resultado de su enfrentamiento directo (1-1). Esta situación obligó a recurrir a los criterios de desempate de la UEFA para determinar la clasificación.
Séptimo criterio decisivo: Con los primeros seis criterios sin resolver la igualdad, se tuvo que aplicar el séptimo criterio, el de los puntos disciplinarios. Este criterio evalúa el número total de tarjetas recibidas (amarillas y rojas), siendo menor el mejor.
Incidencia clave: Ambas selecciones acumularon 6 tarjetas amarillas durante el grupo. Sin embargo, una tarjeta amarilla mostrada a un miembro del cuerpo técnico de Eslovenia en la primera jornada resultó ser determinante. Esta tarjeta adicional decantó la balanza a favor de Dinamarca, ya que el reglamento de la UEFA asigna el mismo valor tanto a las tarjetas mostradas a jugadores como a miembros del cuerpo técnico.
Desenlace definitivo: La tarjeta a Novakovic, del cuerpo técnico esloveno, marcó la diferencia final. Esta decisión fue crucial ya que, de no haber sido así, la clasificación se habría decidido mediante el ranking general de los Clasificatorios Europeos, que también favorecía a Dinamarca según los criterios vigentes hasta que Eslovenia recibió su séptima tarjeta durante el último partido.
Dinamarca avanzó a la siguiente fase gracias a una interpretación meticulosa de los criterios de desempate, donde incluso la disciplina extradeportiva de los equipos desempeñó un papel crucial. Este desenlace subraya la importancia de cada detalle en el fútbol de competición internacional, donde incluso las acciones fuera del campo pueden determinar el destino de una selección nacional.